lunes, 21 de noviembre de 2011

El cerebro humano está encogiendo: ¿hay un nuevo tipo de inteligencia?

En los últimos 30.000 años la materia gris de hombres y mujeres ha perdido el tamaño de una pelota de tenis, pero eso no significa que seamos más estúpidos

 


El cerebro humano se ha reducido en los últimos 30.000 años hasta el punto de que, durante ese tiempo, ha perdido el tamaño de una pelota de tenis. Esta evolución desconcierta a los científicos. ¿Estamos volviéndonos más tontos o, al contrario, nuestro cerebro se transforma para ser más ágil y eficiente? La forma en la que vivimos, cómo nos enfrentamos al mundo y las exigencias de nuestra vida diaria distan mucho de las que tenía, por ejemplo, un neandertal.
Tras tomar medidas con cráneos encontrados en Europa, Oriente Medio y Asia, los científicos han llegado a la conclusión de que el tamaño medio del cerebro de los humanos modernos -Homo sapiens- se ha reducido un 10%, y ha pasado de 1.500 a 1.359 centímetros cúbicos. Las mujeres, cuyo cerebro es algo más pequeño que el masculino, han experimentado una evolución equivalente.
Algunos antropólogos creen que esta reducción no es tan sorprendente, ya que cuanto más grandes y fuertes somos, más materia gris necesitamos para controlar toda esa masa. El hombre de Neandertal, un pariente del hombre moderno que desapareció hace unos 30.000 años por razones aún desconocidas, era más corpulento y tenía un cerebro más grande.
El hombre de Cro-Magnon, que dejó sus pinturas rupestres de animales en la monumental cueva de Lascaux hace más de 17.000 años, fue el Homo sapiens con el cerebro más grande. También eran más fuertes que sus descendientes modernos. El profesor de psicología David Geary, de la Universidad de Missouri, cree que estas características eran necesarias para sobrevivir en un ambiente hostil.

Entorno social complejo

Geary ha estudiado la evolución de los tamaños de cráneo de 1,9 millones a 10.000 años de antigüedad, al tiempo que nuestros ancestros vivían en un entorno social cada vez más complejo. Geary y sus colegas utilizaron la densidad de población como una medida de la complejidad social, con la hipótesis de que cuanto más cerca viven los seres humanos, mayor es el intercambio entre el grupo, la división del trabajo y las interacciones ricas y variadas entre las personas.
Los científicos descubrieron que el tamaño del cerebro disminuía a medida que la densidad de población mayor. «A medida que las sociedades complejas surgieron, el cerebro se hizo más pequeño porque la gente no tiene que ser tan inteligente para seguir con vida», explica Geary.
Pero la reducción no significa que los humanos modernos sean más tontos que sus antepasados. En vez de eso, simplemente, se desarrollaron de distinta manera, con formas más sofisticadas inteligencia, según explica Brian Hare, profesor asistente de antropología en la Universidad de Duke.

El perro, más listo que el lobo

El mismo fenómeno se observa en animales domésticos en comparación con los ejemplares salvajes. Así, los perros esquimales pueden tener cerebros más pequeños que los lobos, pero son más inteligentes y sofisticados, ya que pueden entender los gestos comunicativos humanos, comportándose de manera similar a un niño pequeño.
«A pesar de que un lobo tiene un cerebro mucho más grande que los perros, los perros son mucho más inteligentes y flexibles, por lo que la inteligencia no está directamente relacionada con el tamaño del cerebro», ha explicado Hare.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Marie Curie

Marie Curie fue una físico y químico que nacio el 7 de Noviembre de 1867. Contribuyó grandemente con la comprensión de la radioactividad y los efectos de los rayos x.
Nació bajo el nombre de María Skłodowska, en Varovia, Polonia, que entonces era parte del Imperio Ruso. En ese entonces, en la Universidad de Varsovia no se permitía que estudiaran mujeres, de manera que María y su hermana iban a clases nocturnas en una "Universidad flotante". Cuando María tenía 24 años, se mudó a Paris para estudiar matemáticas, física y química en la Universidad parisina, La Sorbonne. Allí comoció y se casó con Pierre Curie. Juntos estudiaron materiales radioactivos y descubrieron dos elementos, el polonio, al que dieron este nombre en honor a Polonia, y el radio. Su trabajo inicial lo llevaron a cabo bajo condiciones difíciles, en laboratorios atestados y húmedos. También estudiaron los usos médicos de la radioactividad en la radiografías y tratamiento de tumores cancerígenos.
En 1903, ambos compartieron el Premio Nóbel con Henri Becquerel, por sus investigaciones en radioactividad. ¡Marie Curie fue la primera mujer en recibir un premio Nóbel.
Tras la muerte trágica de su esposo Pierre, en 1906, Marie tomó su posición como Profesora en Química General en la Facultad de Ciencias, la primera vez que una mujer tenía esta posición. En 1911, volvió a recibir el Premio Nóbel en química, convitiéndose así en la primera persona en recibir dos Premios Nóbel. Trabajó arduamente para recibir fondos para sus investigaciones de radioactividad y ayudó a establecer laboratorios de radioactividad en Paris y Varsovia. Durante la Primera Guerra Mundial, promovió el uso del radio para el tratamiento de los soldados heridos.
Marie Curie falleció en 1934 de una enfermedad sanguínea a causa de su constante exposición a materiales radioactivos. Al año siguiente, su hija Irène Joliot-Curie, compartió el Premio Nóbel con su esposo Frédéric Joliot-Curie. ¡Qué familia tan extraordinaria!